Sinopsis:
El estudio abarca sesenta años, divididos en dos grandes periodos: 1850-1880 y 1880-1910. En el primer periodo se explica la tendencia de modernización que experimenta la minería regional, tomando en cuenta los siguientes rasgos: el establecimiento temprano de vínculos con el capital extranjero de origen norteamericano; acuerdos legislativos locales de apoyo al sector minero; intentos por mejorar la infraestructura de caminos y puertos; en el trabajo de explotación y beneficio de los metales se combinan métodos tradicionales con nuevas técnicas productivas. En el segundo periodo, el relativo al porfirismo, se ocupa de los grandes cambios, entre otros: la construcción del ferrocarril que permitió una mayor exportación de metales y una sostenida circulación de mercancías; se logra un inusitado crecimiento poblacional y se constituye un auténtico mercado laboral de corte capitalista; la propiedad, la producción y la inversión en el sector minero fueron dominadas por la gran empresa. Otro rasgo notable de este periodo, consistió en la incorporación e invención de moderna tecnología.